Reflexiona sobre el carácter inmutable de Dios para aliviar el estrés

¿Alguna vez has sentido que todo a tu alrededor cambia demasiado rápido?

El estrés suele aparecer cuando la vida se vuelve impredecible.

Pero hay algo que nunca cambia: el carácter de Dios.

Recordar que su amor y fidelidad permanecen intactos puede ser el primer paso para encontrar paz en medio

del caos diario.

La constancia de Dios es como un faro en la tormenta.

Cuando todo parece incierto, su carácter permanece firme.

Reflexionar sobre su bondad y justicia puede ayudarte a soltar preocupaciones que no puedes controlar.

No se trata de ignorar los problemas, sino de confiar en que hay una base sólida que nunca

se mueve.

Dedica unos minutos al día para recordar momentos en los que sentiste la presencia de Dios.

Escribirlos en un diario puede ayudarte a ver patrones de su fidelidad.

Esta práctica transforma la ansiedad en gratitud, porque te recuerda que, aunque todo cambie, hay una presencia constante

que te acompaña y sostiene.

La próxima vez que el estrés te invada, haz una pausa y reflexiona: ¿qué aspecto del carácter de

Dios te da más tranquilidad?

Puede ser su paciencia, su amor o su sabiduría.

Aferrarte a estas verdades puede cambiar tu perspectiva y darte la serenidad que necesitas para afrontar cualquier desafío

con esperanza renovada.