Para el mejor compañero de piso: ¡Gracias por todo!

Desde el primer día, supimos que compartir piso sería una locura.

Entre cenas improvisadas y debates absurdos a medianoche, hemos creado un hogar lleno de risas.

No todos tienen la suerte de encontrar un compañero que se convierta en familia.

¡Gracias por hacer de cada día una anécdota inolvidable!

Las pequeñas cosas hacen la diferencia: dejar café listo por la mañana, compartir memes sin parar o simplemente

escuchar cuando el día ha sido un caos.

No es solo compartir un espacio, es saber que siempre hay alguien ahí.

¡Gracias por ser ese apoyo incondicional en cada momento!

Las tareas del hogar se han convertido en auténticas competiciones épicas.

Desde quién lava los platos más rápido hasta quién encuentra la mejor oferta en el súper.

No hay rutina aburrida cuando se comparte con alguien que hace de lo cotidiano algo divertido.

¡Gracias por hacer de lo simple algo especial!

No todo ha sido fácil, pero siempre hemos encontrado la manera de apoyarnos.

Desde exámenes difíciles hasta días en los que solo queríamos desaparecer, siempre ha habido un hombro en el

que apoyarse.

Vivir juntos ha sido más que compartir un piso, ha sido compartir la vida.

¡Gracias por todo, compañero!