Manual para entender a un Tlaxcalteca en 1 minuto

Primero, olvídate del chiste de que Tlaxcala no existe.

Para un tlaxcalteca, eso no es gracioso, es cansado.

Su identidad está muy arraigada y se sienten orgullosos de su historia prehispánica, especialmente de haber sido aliados

de los españoles.

Menciónales eso y verás cómo se enciende una conversación apasionada sobre su legado.

El acento tlaxcalteca es suave pero firme.

Dicen 'pues' con frecuencia y tienen expresiones únicas como '¡qué chulada!' o 'está rete bonito'.

Si escuchas a alguien hablar con cariño de su tierra, probablemente sea tlaxcalteca.

Y sí, se ofenden si los confundes con poblanos.

No lo hagas, por tu bien.

La comida es sagrada.

Si te invitan a probar un taco de gusanos de maguey o un mixiote, acepta sin dudar.

También son fanáticos del pulque, esa bebida ancestral que aún se sirve en jarros de barro.

Comer con un tlaxcalteca es una experiencia cultural, no solo una comida.

Y por último, su carnaval no es cualquier fiesta.

Dura días y está lleno de huehues: danzantes con máscaras coloridas y trajes bordados que representan la resistencia

cultural.

Si ves a un tlaxcalteca bailar, no lo interrumpas.

Está honrando siglos de historia con cada paso que da.