La parábola del hijo pródigo: Perdón y redención

Un joven decide abandonar su hogar, exigiendo su herencia antes de tiempo.

Con el dinero en mano, se lanza a una vida de excesos y placeres, sin pensar en el

futuro.

Pero la fortuna no dura para siempre, y pronto se encuentra sin nada, solo y hambriento.

¿Qué hará ahora que ha perdido todo?

Desesperado, el joven termina cuidando cerdos, deseando comer lo que ellos comen.

En su miseria, recuerda la casa de su padre, donde incluso los sirvientes viven mejor que él.

Con el corazón lleno de arrepentimiento, decide regresar y pedir perdón.

Pero, ¿será bien recibido después de haberlo desperdiciado todo?

Cuando su padre lo ve a lo lejos, corre a su encuentro y lo abraza con lágrimas en

los ojos.

En lugar de reproches, le da ropa nueva y organiza un banquete en su honor.

Su hijo, que estaba perdido, ha vuelto.

Pero no todos están felices con su regreso.

Su hermano mayor no puede aceptar tanta misericordia.

El hermano mayor se queja: él siempre fue fiel, pero nunca recibió un festejo.

Su padre le responde con amor: 'Tú siempre has estado conmigo, pero este hermano tuyo estaba muerto y

ha vuelto a la vida'.

La parábola nos recuerda que el perdón y la redención están siempre al alcance de quienes regresan con

un corazón sincero.