El Jubileo: el reinicio económico radical en el Levítico

Imagina que cada 50 años se cancelaran todas las deudas, se liberaran a los esclavos y las tierras

volvieran a sus dueños originales.

Eso es el Jubileo, una ley del Levítico que proponía un reinicio económico total.

No era una utopía, era un mandato divino para evitar la acumulación de poder y pobreza perpetua.

El Jubileo se celebraba cada 50 años.

Durante ese año, no se sembraba ni cosechaba: la tierra descansaba.

Las propiedades vendidas volvían a sus familias originales.

Era un freno al acaparamiento y una forma de restaurar el equilibrio social.

Una economía que priorizaba la justicia sobre la acumulación sin fin.

Las deudas eran perdonadas y los esclavos hebreos liberados.

No por caridad, sino por ley.

El Jubileo recordaba que la tierra y las personas pertenecían a Dios, no a los mercados.

Era una forma radical de evitar que la desigualdad se volviera estructural.

Un sistema que desafiaba la lógica del beneficio perpetuo.

Hoy, el Jubileo suena revolucionario: un sistema que interrumpe el ciclo de pobreza y riqueza heredada.

Aunque no se aplica literalmente, su espíritu inspira debates sobre justicia económica, condonación de deudas y redistribución.

¿Y si el mundo moderno se atreviera a pulsar el botón de reinicio cada cierto tiempo?