Centra tu corazón en las promesas de Dios antes de dormir

Imagina que cada noche, en vez de repasar tus preocupaciones, eliges recordar una promesa de Dios.

Este simple cambio puede transformar tu descanso.

Al centrar tu corazón en palabras de esperanza, tu mente se libera del estrés y la ansiedad.

Haz de este momento un ritual: elige una promesa y repítela suavemente antes de cerrar los ojos.

Las promesas de Dios no son solo palabras antiguas; son anclas para el alma en medio de la

tormenta.

Cuando el miedo o la incertidumbre amenacen tu sueño, recuerda: “No temas, porque yo estoy contigo”.

Deja que esta verdad te envuelva y te dé seguridad.

Así, tu corazón encontrará calma incluso en las noches más inquietas.

Haz de este hábito algo personal.

Escribe en un papel la promesa que más resuene contigo y colócala junto a tu cama.

Cada noche, léela en voz baja y deja que sus palabras penetren en tu corazón.

Este sencillo acto puede cambiar la atmósfera de tu habitación y preparar tu mente para un descanso reparador.

Antes de dormir, cierra los ojos y visualiza cómo las promesas de Dios te envuelven como un manto

protector.

Imagina que cada palabra es una luz que disipa la oscuridad de tus pensamientos.

Así, tu corazón se centra en la esperanza y la paz, permitiéndote descansar profundamente y despertar renovado, listo

para un nuevo día.