Rahab, el dragón: el caos poético en la Biblia
¿Sabías que en la Biblia hay un dragón llamado Rahab? No es un monstruo cualquiera, sino un símbolo antiguo del caos que Dios derrota. Descubre cómo esta figura mítica aparece en textos poéticos y qué representa realmente. Una historia de poder, orden y misterio en las profundidades del lenguaje bíblico.
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¿Un dragón en la Biblia?
Sí, y se llama Rahab.
No es una criatura literal, sino una imagen poética del caos primitivo.
En textos como Job 26:12 y Salmo 89:10, Rahab representa fuerzas desordenadas que Dios somete.
Esta figura conecta con mitos antiguos donde dioses luchan contra monstruos marinos para imponer el orden.
En Isaías 51:9, Rahab aparece como un enemigo derrotado por el “brazo del Señor”.
Esta imagen no es literal, sino una metáfora poderosa: Dios como héroe cósmico que vence al caos.
Es un eco de antiguas leyendas mesopotámicas y cananeas, donde el orden divino se impone sobre monstruos primordiales
del abismo.
Rahab también simboliza a Egipto en algunos pasajes, como en Isaías 30:7.
Aquí, el dragón representa arrogancia y poder inútil.
Esta doble lectura —caos cósmico y nación opresora— muestra cómo la Biblia usa imágenes míticas para hablar de
realidades políticas.
Rahab no es solo un monstruo, es una crítica poética con múltiples capas.
La figura de Rahab revela cómo los antiguos hebreos entendían el mundo: el caos no es solo desorden,
es una fuerza activa que debe ser contenida.
Al presentar a Dios como vencedor de Rahab, los textos bíblicos afirman que el orden, la justicia y
la creación misma son actos heroicos frente al abismo.