Oración para el alma cansada: renueva mis fuerzas, Señor

Señor, hoy vengo ante Ti sin máscaras, sin fuerzas, sin palabras bonitas.

Solo tengo este cansancio que pesa en el alma y este silencio que grita por dentro.

Me siento vacío, como si algo dentro de mí se hubiera apagado.

Te necesito, Dios mío.

No vengo a pedir respuestas, solo Tu presencia.

Ven, habita en mí.

Llena este hueco con Tu paz.

No me sueltes, por favor.

Padre, a veces siento que camino sin rumbo, como si cada paso pesara más que el anterior.

Me cuesta levantarme, me cuesta sonreír.

Pero aquí estoy, hablándote desde lo más hondo.

No tengo fuerzas, pero sé que Tú sí.

Sosténme, Señor.

Tómame de la mano y recuérdame que no estoy solo.

Que incluso en mi debilidad, Tú sigues siendo mi refugio.

Jesús, mi alma está cansada de luchar.

Me siento como un campo seco que anhela lluvia.

Tú conoces mis pensamientos, incluso los que no me atrevo a decir.

Ven, Señor, y riega mi interior con Tu amor.

No quiero seguir fingiendo que todo está bien.

Te entrego mi tristeza, mi ansiedad, mi vacío.

Hazme nuevo, por dentro.

Solo Tú puedes hacerlo.

Dios mío, a veces me siento invisible, como si nadie notara lo que cargo por dentro.

Pero sé que Tú me ves.

Tú conoces cada lágrima que no he dejado caer.

Te pido que me abraces con Tu ternura.

Que me recuerdes que soy valioso para Ti.

No quiero seguir huyendo.

Aquí estoy, con el corazón abierto, esperando Tu consuelo.

Espíritu Santo, ven y respira vida en mí.

Siento que me estoy apagando por dentro.

Mis pensamientos me abruman, mis emociones me arrastran.

Pero sé que Tú puedes traer orden al caos.

Lléname de Tu paz, esa que no depende de las circunstancias.

Dame descanso, no solo físico, sino del alma.

Quiero sentirte cerca, como un susurro que calma mi tormenta interior.

Señor, no quiero seguir cargando solo con este peso.

Me rindo ante Ti.

No como quien se da por vencido, sino como quien confía en que hay alguien más fuerte que

puede sostenerlo.

Toma mis preocupaciones, mis miedos, mis dudas.

Hazme descansar en Ti.

Enséñame a respirar profundo y a confiar, incluso cuando no entiendo.

Tú eres mi esperanza, incluso en la oscuridad.

Gracias, Señor, porque sé que me escuchas.

Aunque no todo cambie de inmediato, sé que algo dentro de mí ya empezó a sanar.

Gracias por no soltarme, por quedarte cuando todo parece derrumbarse.

Te pido que sigas obrando en mí, día a día.

Que Tu presencia sea mi refugio constante.

En Ti confío, en Ti descanso.

Amén.