Oración cuando las responsabilidades te sobrepasan

Señor mío, hoy vengo ante Ti con el alma cansada.

Me siento superado por tantas responsabilidades que me rodean.

A veces no sé por dónde empezar, y el peso de lo pendiente me aplasta el ánimo.

Te pido, Padre, que me des un respiro.

Que me muestres cómo descansar en Ti, incluso en medio del deber.

Necesito Tu paz, esa que calma sin necesidad de entenderlo todo.

Dios bueno, a veces siento que todo depende de mí, y eso me agota.

Pero sé que no estoy solo.

Tú estás conmigo, incluso cuando no lo noto.

Te ruego que me ayudes a soltar lo que no puedo controlar.

Enséñame a confiar en que Tú sostienes lo que yo no alcanzo.

Dame la humildad para reconocer mis límites y la fe para descansar en Tu fidelidad.

Jesús, mi amigo fiel, me cuesta priorizar.

Todo parece urgente, todo parece importante.

Pero Tú sabes lo que realmente cuenta.

Te pido que me des sabiduría para distinguir lo esencial de lo accesorio.

Que me enseñes a decir no cuando es necesario, y sí cuando es por amor.

Guíame con Tu luz para que mis pasos no se pierdan en la confusión del día a día.

Padre amado, hay días en que me levanto ya cansado, como si la noche no hubiera bastado para

reponerme.

En esos momentos, recuérdame que no tengo que hacerlo todo solo.

Que puedo acudir a Ti, sin máscaras ni excusas.

Que puedo decirte: 'No puedo más', y Tú no me juzgas, sino que me abrazas.

Gracias por ser refugio cuando todo me sobrepasa.

Gracias por sostenerme sin condiciones.

Espíritu Santo, ven a mi mente y ordena mi caos.

Hay tanto ruido dentro de mí que no logro escuchar Tu voz.

Silencia mis miedos, calma mis pensamientos acelerados.

Ayúdame a respirar profundo y a recordar que no todo depende de mí.

Que Tú eres el Dios del orden, y que en Ti puedo encontrar dirección.

Ilumina mi día con Tu presencia y renueva mi enfoque.

Señor Jesús, cuando me siento insuficiente, recuérdame que en Tu gracia hay fuerza.

Que no tengo que ser perfecto para ser amado.

Que Tú no me pides rendimiento, sino entrega.

Ayúdame a vivir cada día con propósito, sin cargar culpas que no me corresponden.

Enséñame a ser fiel en lo pequeño, confiando en que Tú multiplicas lo que pongo en Tus manos,

por poco que parezca.

Gracias, Señor, por escucharme.

Por no cansarte de mis quejas ni de mis silencios.

Hoy dejo en Tus manos mis tareas, mis preocupaciones y mis decisiones.

Dame descanso en medio del deber, y claridad para caminar con sentido.

Que no me pierda en la prisa, sino que viva guiado por Tu amor.

En Ti confío, y en Ti encuentro la paz que tanto anhelo.

Amén.