Jeremías: El profeta que lloró por el futuro de Jerusalén

¿Alguna vez te han llamado traidor por decir la verdad?

Jeremías, uno de los profetas más famosos de la Biblia, vivió ese drama.

Mientras todos esperaban buenas noticias, él anunció la inminente destrucción de Jerusalén.

Sus palabras no solo causaron miedo, sino que lo pusieron en la mira de los poderosos.

¿Por qué arriesgarlo todo?

Jeremías no era un pesimista, sino un mensajero incómodo.

Sus visiones mostraban la caída de Jerusalén a manos de Babilonia.

En vez de esperanza, ofrecía advertencias.

El pueblo, cansado de malas noticias, lo acusó de antipatriota y enemigo del estado.

¿Quién quiere escuchar que todo va a salir mal cuando el peligro acecha?

El precio de la verdad fue alto: Jeremías fue encarcelado, golpeado y humillado públicamente.

Sus lágrimas no eran solo de dolor personal, sino por el destino de su pueblo.

A pesar de todo, nunca dejó de advertirles.

¿Era un traidor o el único que realmente se preocupaba por el futuro de Jerusalén?

Hoy, la historia de Jeremías nos hace pensar: ¿preferimos escuchar mentiras reconfortantes o verdades incómodas?

Su legado no es solo religioso, sino una lección sobre el valor de advertir, aunque nadie quiera oírlo.

A veces, el verdadero amor por tu gente es decir lo que nadie se atreve.

¿Tú qué harías en su lugar?