Una oración diaria basada en el Salmo 23:1
Cuando la ansiedad y la escasez nos rodean, el Salmo 23:1 nos recuerda que no estamos solos. Esta oración diaria, sencilla y sincera, nos lleva desde la inquietud hasta la confianza plena en el Buen Pastor. A través de imágenes cotidianas y metáforas profundas, descubrimos cómo Su provisión transforma nuestra incertidumbre en esperanza activa. Ora con el corazón abierto y encuentra paz en Su guía constante.
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Full text from the video
A veces, Señor, la ansiedad me visita temprano, antes del café.
Me susurra que no hay suficiente, que no soy suficiente.
Pero Tú, Pastor fiel, me llevas a pastos verdes incluso cuando todo parece gris.
Me recuerdas que no camino solo, que cada paso está guiado por Tu amor.
Hoy, elijo confiar en Tu cuidado más que en mis temores.
Señor, me siento como una oveja perdida entre decisiones, facturas y noticias que no paran.
Pero Tú me buscas, me encuentras y me llevas sobre Tus hombros.
No me juzgas por dudar, me abrazas en medio del caos.
Hoy, aunque no entienda el camino, descanso en saber que Tú sí lo conoces.
Y eso me basta para seguir caminando.
A veces, Señor, me siento como un vaso vacío.
Doy, intento, corro… y termino agotado.
Pero Tú llenas mi copa, no con cosas, sino con paz.
Me invitas a detenerme, a respirar, a recordar que no soy mi proveedor.
Tú lo eres.
Hoy, en medio del ruido, elijo sentarme a Tu mesa y recibir lo que sólo Tú puedes dar.
Señor, cuando el futuro parece una niebla espesa, me cuesta avanzar.
Pero Tú, como un pastor con linterna en la noche, me guías paso a paso.
No me das el mapa completo, pero sí la luz suficiente para hoy.
Y eso me basta.
Hoy no corro, camino contigo.
No me adelanto, confío.
Porque donde Tú estás, hay dirección, incluso en la oscuridad.
Hoy, Señor, elijo verte en lo pequeño: en el pan que no falta, en la llamada de un
amigo, en el sol que entra por la ventana.
Tú estás en cada detalle, proveyendo sin ruido.
No siempre como espero, pero siempre como necesito.
Gracias por ser mi Pastor, por no soltarme, por recordarme que en Ti, incluso lo poco se vuelve
suficiente.
Señor, termino este día con gratitud.
No porque todo esté resuelto, sino porque Tú estás presente.
En medio de la incertidumbre, me das certeza.
En la escasez, me das sustento.
En la ansiedad, me das paz.
Mañana traerá lo suyo, pero hoy descanso en Ti.
Porque si Tú eres mi Pastor, entonces nada me falta.
Y eso, Señor, lo cambia todo.