¿Tu perro se come la comida del gato? Aquí la solución
¿Tu perro se lanza al plato del gato como si fuera suyo? ¿O tu gato se cuela en la comida del perro? Este video te muestra formas prácticas y efectivas para evitar que tus mascotas se roben la comida entre sí. Desde trucos de ubicación hasta tecnología, descubre cómo mantener la paz en la hora de la comida. ¡Tu perro y tu gato te lo agradecerán!
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Primero, separa los espacios de alimentación.
Coloca el plato del gato en una superficie elevada, como una repisa o mesa segura, donde el perro
no pueda alcanzar.
Los gatos son escaladores naturales, así que esto no será un problema para ellos.
En cambio, los perros no suelen trepar, lo que hace que esta solución sea simple y efectiva.
Así, cada uno come tranquilo sin tentaciones cruzadas ni peleas por comida.
Otra opción es usar puertas con pequeñas compuertas o barreras para bebés.
Instala una puerta con una abertura solo lo suficientemente grande para que el gato pase.
Así, puedes colocar su comida en una habitación separada.
El perro no podrá entrar, pero el gato sí.
Esta técnica es ideal si tienes un perro curioso y persistente que no se rinde fácilmente ante obstáculos
simples.
El horario también importa.
Alimenta a tus mascotas al mismo tiempo, pero en lugares distintos.
Esto reduce la tentación de husmear en el plato ajeno.
Si uno termina antes, retira su plato para evitar que se acerque al del otro.
La supervisión durante las comidas es clave, al menos hasta que ambos entiendan que su comida está en
su lugar y no deben invadir el espacio del otro.
¿Tecnología?
Sí, también ayuda.
Existen comederos automáticos con sensores que solo se abren cuando detectan el microchip o collar del animal correcto.
Así, si el perro intenta acercarse al plato del gato, el comedero no se abrirá.
Esta solución es ideal para hogares con mascotas muy listas o cuando no puedes supervisar cada comida.
Inversión inteligente para evitar conflictos y mantener la dieta de cada uno bajo control.
Finalmente, entrena a tus mascotas.
Enséñales comandos como “no” o “deja eso” cuando se acerquen al plato equivocado.
Refuerza con premios cuando respeten su comida.
La constancia es clave: si eres firme y coherente, aprenderán rápido.
Aunque parezca más difícil con gatos, también responden al refuerzo positivo.
Con paciencia, lograrás que cada uno respete su espacio y su comida sin necesidad de barreras físicas.
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