Orando como la abuela. Una plegaria desde el corazón
Una oración sincera, nacida desde la humildad, evocando el recuerdo de unas manos arrugadas que susurraban fe. Un diálogo con el Señor, sin adornos ni pretensiones, solo la verdad de un alma que busca consuelo. Acompáñanos en esta plegaria que fortalece el espíritu y nos recuerda el poder de la fe auténtica.
Create Your Own
Make AI-powered videos in minutes
Video Transcript
Full text from the video
Señor, aquí estoy, con el corazón abierto y las manos vacías.
No vengo a pedir riquezas ni grandezas, solo paz en el alma y claridad en el camino.
Como mi abuela, que en voz baja te hablaba con devoción, hoy susurro mi oración.
Enséñame a confiar, a aceptar lo que no entiendo y a seguir adelante con fe.
Que tu amor me sostenga siempre.
A veces el mundo pesa y el alma se cansa.
En esos momentos, recuérdame que no camino solo.
Mi abuela encontraba en la oración su refugio, como ella, quiero aprender a descansar en Ti.
Dame la humildad para aceptar lo que no puedo cambiar y la fortaleza para seguir adelante.
Que mi fe no se apague, sino que crezca con cada prueba.
Señor, en la sencillez de la vida es donde más te encuentro.
En el pan compartido, en la risa sincera, en el abrazo que consuela.
No permitas que me pierda en lo superficial, que mi corazón se aferre a lo eterno.
Como mi abuela, que veía tu amor en cada pequeño detalle, ayúdame a reconocer tu presencia en lo
cotidiano.
Señor, cuando el miedo me visite y la incertidumbre me nuble la vista, dame la paz que solo
Tú puedes dar.
Como ella, que con susurros de fe calmaba su alma, quiero aprender a confiar en tu voluntad.
No dejes que la duda me aleje de Ti, sino que me acerque más, buscando en tu amor
la certeza que el mundo no puede dar.
Señor, enséñame a amar como Tú amas, sin condiciones ni reservas.
Que mi corazón no se endurezca con el tiempo, sino que aprenda a perdonar y a comprender.
Como mi abuela, que con paciencia y ternura reflejaba tu amor, quiero ser un reflejo de tu luz.
Que mi vida sea testimonio de tu misericordia, y que en cada acto brille tu presencia.
Cuando el cansancio me venza y sienta que no puedo más, recuérdame que en Ti encuentro descanso.
La abuela, en su debilidad hallaba fuerza en la oración, quiero aprender a apoyarme en tu gracia.
No permitas que el desaliento me robe la esperanza, sino que cada día renueve mi confianza en tu
amor infinito.
Señor, gracias por cada día, por cada prueba y cada bendición.
Que mi vida sea un reflejo de tu amor, que mis palabras lleven consuelo y mis acciones hablen
de Ti.
Como ella, que con su fe sencilla iluminaba a quienes la rodeaban, quiero ser luz en la oscuridad.
En tus manos dejo mi camino, fortaleciéndome en tu Fe.
More from this creator
Other videos by @tgfblogger