Oración para reencontrarme contigo, Señor

Señor, hoy vengo ante Ti con el alma cansada y el corazón confundido.

Me siento lejos de quien soy, como si hubiera perdido el rumbo.

No sé cómo llegué aquí, pero sé que solo en Ti puedo reencontrarme.

Te pido, Padre, que me mires con ternura y me recuerdes quién soy en Tu amor.

Ayúdame a volver a casa, a Tu verdad, a mi esencia en Ti.

Dios mío, a veces me pierdo en las voces del mundo, en las expectativas ajenas, en mis propios

miedos.

Me olvido de escucharte, de buscarte, de confiar en Tu guía.

Hoy te hablo desde mi fragilidad, sin máscaras.

Te necesito, Señor.

Recuérdame que soy Tu hijo, creado con propósito, amado sin condiciones.

Devuélveme la claridad que solo Tu presencia puede dar.

Padre, me cuesta reconocerme últimamente.

Me miro al espejo y no sé quién soy.

Pero sé que Tú me conoces mejor que nadie.

Tú viste cada lágrima, cada lucha, cada silencio.

Te pido que me muestres lo que Tú ves en mí.

Que me enseñes a amarme como Tú me amas.

Que me devuelvas la paz que viene de saberme Tuyo, profundamente Tuyo.

Jesús, amigo fiel, me acerco a Ti con el corazón abierto.

No tengo palabras bonitas, solo esta necesidad de volver a sentirme cerca de Ti.

A veces me alejo sin darme cuenta, y cuando despierto, me siento vacío.

Pero sé que Tú no te has ido.

Ayúdame a volver a Ti, a Tu abrazo, a Tu verdad.

Recuérdame que en Ti está mi identidad.

Espíritu Santo, ven y sopla vida sobre este corazón dormido.

Despiértame a la verdad de quién soy en Ti.

Rompe las mentiras que me he creído, las que me dicen que no valgo, que estoy solo.

Lléname de Tu luz, de Tu consuelo, de Tu dirección.

Quiero caminar de nuevo con propósito, con fe, con la certeza de que no estoy perdido si estoy

Contigo.

Señor, enséñame a escuchar Tu voz en medio del ruido.

A reconocer Tu susurro en mi interior cuando todo parece confuso.

Dame la valentía de soltar lo que no soy, para abrazar lo que Tú dices que soy.

Que Tu Palabra sea mi espejo, y Tu amor mi raíz.

No quiero seguir viviendo desconectado de Ti.

Quiero volver a vivir desde el alma, desde Tu verdad.

Gracias, Señor, por escucharme.

Por no cansarte de mí, por esperarme siempre con los brazos abiertos.

Hoy decido volver a Ti, no con perfección, sino con sinceridad.

Ayúdame a reconstruirme desde Tu amor, a recordar que en Ti tengo un lugar.

Que no estoy solo, que soy visto, conocido y amado.

En Ti me encuentro, en Ti descanso.

Amén.