Oración para reconocer nuestras limitaciones y pedir fortaleza

Señor, en mi debilidad me acerco a Ti, reconociendo que sin Tu gracia nada puedo.

A menudo me enfrento a desafíos que superan mis fuerzas, y en mi orgullo olvido que solo en

Ti encuentro verdadero sostén.

Hoy, con humildad, te pido que me ayudes a aceptar mis limitaciones y a confiar en que Tu

poder se perfecciona en mi fragilidad.

Dame la paz de saber que no camino solo.

Señor, cuando el miedo y la incertidumbre me paralizan, recuérdame que Tú eres mi roca firme.

A veces, dudo de mis capacidades y temo fracasar, pero sé que en Ti encuentro la fuerza que

me falta.

Ayúdame a no depender solo de mis propias fuerzas, sino a apoyarme en Tu amor infinito.

Dame la valentía para seguir adelante, confiando en que Tú guías cada uno de mis pasos.

Señor, en los momentos de cansancio y agotamiento, cuando siento que no puedo más, recuérdame que en Ti

encuentro descanso.

A veces, las preocupaciones me abruman y la carga parece insoportable, pero Tú me invitas a depositar en

Ti mis angustias.

Enséñame a soltar lo que no puedo controlar y a confiar en que Tú proveerás lo necesario para

cada día.

Dame serenidad y fortaleza.

Señor, cuando el orgullo me impide pedir ayuda, muéstrame que la verdadera fortaleza está en reconocer mi necesidad

de Ti.

A veces, quiero hacerlo todo por mí mismo y olvido que solo en Tu gracia encuentro plenitud.

Ayúdame a aceptar mis límites sin desesperanza, sabiendo que en mi debilidad, Tú te glorificas.

Dame humildad para reconocer que sin Ti nada soy y todo lo necesito.

Señor, cuando la impaciencia me domina y quiero respuestas inmediatas, enséñame a esperar en Ti.

A veces, me desespero porque no veo soluciones rápidas, pero sé que Tus tiempos son perfectos.

Dame la sabiduría para aceptar lo que no puedo cambiar y la confianza para seguir adelante sin temor.

Ayúdame a recordar que cada prueba tiene un propósito y que en Ti siempre hay esperanza.

Señor, cuando el dolor y la tristeza me visitan, recuérdame que no estoy solo.

A veces, el sufrimiento nubla mi visión y me hace dudar de Tu amor, pero sé que Tú

nunca me abandonas.

Dame la fortaleza para seguir adelante aun en medio de la adversidad.

Ayúdame a encontrar consuelo en Tu presencia y a confiar en que, incluso en el dolor, Tú sigues

obrando en mi vida.

Señor, hoy me rindo ante Ti con un corazón sincero.

Reconozco mis debilidades y mis miedos, pero también sé que en Ti encuentro la fuerza para seguir adelante.

Dame la gracia de confiar en Tu voluntad y la paz de saber que todo está en Tus

manos.

Que cada día pueda caminar con fe, sabiendo que, aunque mis fuerzas fallen, Tu amor nunca me abandona.