Oración para liberar la culpa y empezar de nuevo
Una oración cristiana sincera y humilde para quienes sienten el peso de la culpa y buscan un nuevo comienzo. Hablamos desde el corazón, con palabras honestas dirigidas al Señor, pidiendo perdón, arrepentimiento verdadero y la oportunidad de sanar. Si alguna vez te has sentido atrapado por tus errores, esta oración es para ti. Acompáñanos en este momento íntimo de fe y esperanza.
Create Your Own
Make AI-powered videos in minutes
Video Transcript
Full text from the video
Señor mío, vengo ante ti con el corazón en la mano.
No tengo excusas, solo un alma cansada que necesita tu luz.
Me pesa lo que he hecho, lo que no hice, lo que permití.
No quiero esconderme más.
Te hablo como un hijo que se ha perdido y quiere volver.
Escúchame, Padre, porque necesito tu perdón más que nunca.
No me sueltes, por favor.
He intentado seguir adelante como si nada, pero la culpa me acompaña como sombra.
Señor, tú conoces cada rincón de mi alma, sabes lo que callo y lo que me duele.
Hoy no vengo a justificarme, sino a rendirme.
Te necesito, Dios.
Ayúdame a soltar este peso.
Dame la fuerza para mirarme con tus ojos y no con los míos, tan duros y castigadores.
Padre, no quiero seguir huyendo.
Me arrepiento de corazón.
No solo por el dolor que causé, sino porque me alejé de ti.
Me duele haber fallado, pero más me duele haberte ignorado.
Hoy te digo con sinceridad: quiero cambiar.
No sé cómo, pero confío en que tú me guiarás.
Toma mi mano, Señor, y enséñame a caminar de nuevo contigo.
Jesús, tú que conociste el dolor humano, que lloraste, que perdonaste incluso en la cruz, te pido que
me mires con compasión.
No soy digno, lo sé, pero tú no rechazas al que se acerca con humildad.
Aquí estoy, roto, pero dispuesto.
Hazme nuevo, Señor.
Limpia mi corazón, borra mis errores y enséñame a vivir con verdad, con amor, con propósito.
Espíritu Santo, ven a mí.
No quiero seguir siendo esclavo de mis pensamientos oscuros.
Libérame de esta prisión interior.
Dame claridad, serenidad y valor para enfrentar lo que venga.
No me dejes solo en este proceso.
Habita en mí, transforma mi mente, renueva mi alma.
Que tu presencia me acompañe cada día, recordándome que soy más que mis errores.
Que en ti hay esperanza.
Señor, si me das otra oportunidad, prometo no desperdiciarla.
No quiero volver atrás.
Quiero aprender, crecer, amar mejor.
Ayúdame a perdonarme también, porque a veces soy mi peor juez.
Enséñame a ver tu gracia en medio de mi historia rota.
Que cada paso que dé sea contigo.
No por miedo, sino por amor.
Porque contigo, todo puede empezar de nuevo.
Gracias, Dios, por escucharme.
No sé qué pasará mañana, pero hoy me siento más ligero.
Me has dado un respiro, una chispa de fe.
Te entrego mi vida, mis errores, mis sueños.
Haz con ellos lo que tú quieras.
Solo te pido que no me sueltes.
Que tu amor me sostenga cuando flaquee.
Amén.
Y gracias, de verdad, por no rendirte conmigo.