Oración matutina: Dejándonos guiar por el Espíritu Santo
¿Alguna vez has sentido que necesitas una brújula para tu día? Hoy te invito a comenzar la mañana con una oración sincera, buscando la guía del Espíritu Santo. Hablaremos con Dios como con un amigo cercano, agradeciendo lo que tenemos y abriendo el corazón a las oportunidades que nos esperan. Terminaremos recordando Romanos 8:14, para empezar el día con fe y propósito.
Create Your Own
Make AI-powered videos in minutes
Video Transcript
Full text from the video
Señor, al abrir los ojos esta mañana, quiero dirigirme a ti con humildad y gratitud.
Gracias por el regalo de un nuevo día, por la vida y por cada oportunidad que me das.
Hoy no vengo a pedirte soluciones a mis problemas, sino a pedirte que me acompañes y me muestres
el camino correcto.
Que tu Espíritu Santo sea mi guía en cada paso que dé.
Padre, reconozco que muchas veces quiero controlar todo, pero hoy decido confiar plenamente en ti.
Te entrego mis planes, mis pensamientos y mis deseos.
Permíteme escuchar tu voz en medio del ruido diario y sentir tu presencia en lo sencillo.
Que tu Espíritu me inspire a actuar con amor, paciencia y sabiduría en cada encuentro que tenga hoy.
Dios mío, gracias por las bendiciones que a veces paso por alto: la salud, la familia, los amigos
y hasta los pequeños detalles que llenan de color mi vida.
Hoy quiero recibir cada momento con alegría y gratitud, sabiendo que todo lo bueno viene de ti.
Ayúdame a reconocer tu mano en lo cotidiano y a valorar lo que tengo, sin dar nada por
sentado.
Espíritu Santo, te pido que seas mi compañero constante hoy.
Guía mis palabras para que edifiquen, mis acciones para que ayuden y mis pensamientos para que sean puros.
Dame la sensibilidad para notar cuando alguien necesita una palabra de aliento o un gesto amable.
Que mi vida sea reflejo de tu amor y que pueda contagiar esperanza a quienes me rodean Señor,
hoy quiero aprender a disfrutar el presente, sin preocuparme por el futuro ni lamentar el pasado.
Enséñame a vivir con propósito, a aprovechar cada oportunidad que me das y a confiar en que tus
planes siempre son mejores que los míos.
Que tu Espíritu me ayude a ver el valor de cada instante y a vivir con esperanza renovada.
Padre amado, te agradezco por escucharme siempre, incluso cuando mis palabras son pocas o mi corazón está en
silencio.
Sé que me entiendes mejor que nadie y que tu amor me sostiene.
Hoy quiero caminar de tu mano, confiando en que cada paso está guiado por tu sabiduría.
Gracias por tu fidelidad y por nunca soltarme, incluso en los días más inciertos.
Para terminar, Señor, me aferro a tu promesa: "Porque todos los que son guiados por el Espíritu de
Dios, estos son hijos de Dios" (Romanos 8:14).
Hoy elijo dejarme guiar por ti, con la certeza de que soy tu hijo y que tu Espíritu
me acompaña.
Gracias por este nuevo día y por la oportunidad de vivirlo bajo tu dirección y amor.