Oración en el silencio de Dios: fe sin señales
Cuando el silencio de Dios se alarga, el alma tiembla. Esta oración nace desde lo más profundo del corazón, buscando a Dios sin respuestas, pero con fe. Palabras sinceras, humildes, sin fórmulas, solo un alma hablando con su Creador. Si alguna vez sentiste que Dios calla, este vídeo es para ti. Una oración para seguir creyendo, incluso cuando no hay señales. Escucha, ora, y no sueltes la esperanza.
Create Your Own
Make AI-powered videos in minutes
Video Transcript
Full text from the video
Señor, hoy vengo sin respuestas, sin certezas, solo con el peso de que no soy capaz de verte.
Aqui estoy, hablándote igual.
No vengo a exigirte señales, solo a decirte que me duele no sentirte.
Aun así, no me voy.
Me quedo contigo, aunque no escuche nada.
Porque sé que estás, aunque no me lo parezca.
Ayúdame a seguir creyendo cuando todo parece vacío.
Padre, se que siempre me escuchas.
No dudo de Ti.
Por eso sigo aquí, con las manos abiertas, esperando.
No tengo palabras bonitas, solo un alma que te busca.
Si estás en el silencio, enséñame a escucharte ahí.
Si estás en la espera, dame paciencia.
No me sueltes, aunque yo no entienda nada.
Dios mío, no quiero fingir que estoy bien cuando no lo estoy.
Me siento perdido, pero no quiero alejarme de Ti.
Aunque no vea señales, aunque no sienta consuelo, sigo aquí.
Porque creo que Tu amor no depende de lo que yo sienta.
Enséñame a confiar más allá de mis emociones.
A creer en Ti, incluso cuando todo dentro de mí grita dudas Jesús, Tú que también oraste en
silencio en Getsemaní, entiendes lo que siento.
No te pido que cambies las cosas, solo que me sostengas mientras espero.
Que no me falte la fe cuando no hay milagros.
Que no me falte el amor cuando no hay respuestas.
Si no te oigo, que sirva para enseñarme a escuchar con el alma.
Si esperas, que sea para fortalecerme en Ti.
Señor, a veces me siento como un niño que llama a su padre en la noche y no
recibe respuesta.
Pero sigo llamando, porque sé que estás.
Aunque no me sepa oirte como antes, aunque no sienta lo mismo, no quiero dejar de buscarte.
Dame la gracia de la perseverancia.
Que mi fe no dependa de lo que veo, sino de lo que sé de Ti.
Espíritu Santo, ven a mi debilidad.
No sé cómo orar cuando todo parece en pausa.
Pero susúrrame que no estoy solo.
Que incluso en el silencio, Tú intercedes por mí.
Que mi alma no se enfríe, que mi corazón no se cierre.
Si no puedo hablar, ora Tú en mí.
Si no puedo creer, cree Tú por mí.
No me dejes caer en la desesperanza Señor, termino esta oración como la empecé: sin respuestas, pero con
fe.
No porque todo haya cambiado, sino porque Tú no cambias.
Gracias por escucharme, incluso cuando no respondes como espero.
Me aferro a Ti, no por lo que haces, sino por quien eres.
Aunque el silencio siga, yo seguiré orando.
Porque en Ti, incluso el silencio tiene sentido.
Amén